Espero que hayáis tenido la oportunidad de disfrutar del automasaje facial que describí ¿Sabes aplicarte la crema facial? y que, tras los aceites vegetales para hidratar el rostro, hayáis empezado a percibir cambios en vuestra cara (mejor tono de piel, mayor absorción, rostro con aspecto relajado…) En este artículo vamos a aplicar digitopresiones en el rostro para mantener un adecuado flujo energético que beneficie no sólo al rostro sino a nuestros órganos internos.
Por Isabel López, profesora de gimnasia facial, técnicas de automasaje y aromaterapia y autora del blog http://gimnasiatonificacionfacial.blogspot.com.
Los aceites de los que hablamos a continuación son aceites vegetales que se utilizan para diluir los aceites esenciales antes de aplicarlos sobre la piel. Provienen de la parte grasa de las plantas como semillas, nueces y almendras. Cada aceite base tiene su propio conjunto de beneficios terapéuticos. Es importante que los aceites sean de la mejor calidad posible.
Para realizar las digitopresiones, vamos a presionar con el dedo corazón los siguientes puntos del dibujo durante diez segundos (si notáramos dolor en alguno de ellos, tras la presión realizaríamos diez círculos en el sentido de las agujas del reloj para desatascar la energía bloqueada y reflexionaríamos sobre si últimamente hemos notado síntomas en el órgano que se corresponde). Para finalizar, pasaremos las manos partiendo desde el centro hacia los lados por todo el rostro y el cuello.
Describo las propiedades de otros seis aceites base:
- Aceite de avellana. Debido a su poder reequilibrante, así como a su textura, es ideal para piel grasa. Contiene vitaminas, minerales y proteínas. Regenera las pieles sensibles.
- Aceite de oliva. Contiene ácidos grasos y vitamina E. Acción inhibidora de los radicales libres: ACEITE GELIFICADO REGENERADOR.
- Aceite de aguacate. Contiene ácidos grasos esenciales, minerales, betacarotenos, vitamina E y es muy nutritivo. Ayuda a regenerar la dermis; al ser muy denso lo podemos combinar con otro aceite base + ligero, por ejemplo de almendras.
- Aceite de semilla de borraja. Rico en ácidos grasos esenciales, especialmente el ácido gammalinoleico (GLA) , vitaminas y minerales. Apto para todo tipo de piel. Se recomienda combinar con aceite de almendras. Su acción regenera las células de la epidermis y la reafirma.
- Aceite de caléndula. La caléndula ha sido usada durante siglos por sus beneficios antibacterianos, antisépticos, antifúngicos, regenerantes y curativos. El aceite de caléndula, extremadamente emoliente, contiene altas cantidades de flavonoides, antioxidantes de origen vegetal que estimulan la síntesis de colágeno y protegen la piel contra los dañinos radicales libres. El aceite de caléndula trata la piel seca, inflamada y dañada, y en general los tejidos irritados.
- Aceite de argán. Es excelente para pieles maduras, para recuperar la elasticidad y vitalidad. Su propiedad antioxidante se la otorga la vitamina E y los polifenoles. Contiene 50 veces más vitamina E que el aceite de oliva, lo que significa que es capaz de combatir los radicales libres para retardar la oxidación y degeneración de los tejidos. Este aceite penetra rápidamente en la piel. De propiedades antiedad, nutritivas y regeneradoras, reduce las líneas finas y aporta elasticidad y vitalidad de la piel. También sirve para suavizar y aportar brillo al cabello. ACEITE VEGETAL ARGAN BIOLÓGICO y BIO - Argán.
Como recomendación general, hemos clasificado en cuatro grupos los tipos de aceites en función del tipo de piel:
- Para pieles secas: pepitas de uva, borraja, aguacate, oliva, caléndula, albaricoque.
- Para pieles maduras: argán, rosa mosqueta, onagra, caléndula, oliva, semillas de uva, albaricoque, germen de trigo.
- Pieles sensibles o irritadas: onagra, caléndula.
- Para pieles grasas: Jojoba, avellana, almendras dulces.