El té de flores y hojas de lavanda es un remedio muy antiguo contra migrañas, dolores de cabeza, mareos y como calmante para los nervios, ya que regula las palpitaciones de origen nervioso del corazón. Sobre el estómago ejerce un efecto estimulante ayudando en la producción de jugos gástricos para mejorar la digestión. También son recomendables los tratamientos externos en forma de baños para tratar algunas afecciones como el reumatismo, gota, neuralgia etc. En dermatología se usa eficazmente para tratar llagas y ayudar a su cicatrización.