Sol, piel y productos solares
El sol estimula la síntesis de vitamina D, que previene el raquitismo y la osteoporosis, a parte de tener otros efectos sobre la modulación del crecimiento celular, la inflamación y la inmunidad. Produce vasodilatación, por lo que reduce la tensión arterial y favorece la circulación sanguínea periférica. A parte de sus efectos positivos hay que tomar precauciones y tener en cuenta que nuestra piel debe estar protegida ante las radiaciones solares. Por eso debemos saber qué tipo de fototipo tenemos, conocer los tipos de productos solares existentes y seguir ciertas recomendaciones que resultarán de gran ayuda. ¡Todo esto y más te lo contamos a continuación!
¿Cómo nos perjudica el sol en la piel?
La piel tiene memoria. Si nos protegemos hoy nos aseguramos que en el futuro no suframos las consecuencias de una falta de protección en su momento. Por este motivo es importante conocer qué puede pasarle a la piel si no nos protegemos del sol correctamente. Fotoenvejecimiento, el daño cutáneo causado por una exposición prolongada al sol, arrugas, grandes manchas o pigmentación irregular son cambios que puede experimentar la piel por una exposición prolongada a la luz solar. Si la exposición solar va en aumento, el riesgo más alto existente es desarrollar cáncer de piel, en el que se incluyen el carcinoma y el melanoma maligno. Para evitar estos problemas hay que protegerse bien y usar el protector correcto. Pero, ¿sabes cuál es el adecuado para tu piel? ¡Nosotros te ayudamos!
Tipos de productos solares
Existen tres tipos claramente diferenciados: bronceadores, fotoprotectores y productos de aplicación tras la exposición solar. Los bronceadores son una forma de maquillaje que hace que la piel tenga un aspecto bronceado. En los últimos años se ha mejorado su composición para que la aplicación sea más fácil y uniforme, la absorción más rápida, el tono más luminoso y natural, alejado del efecto de naranja y el fuerte olor que dejaba hace años. Es importante recordar que el autobronceador no protege frente al sol.
En cuanto a los fotoprotectores hoy en día tenemos una gran variedad. En función de las sustancias que contengan, pueden ser clasificados como filtros, protectores o bloqueadores. Los protectores poseen elementos orgánicos que brindan protección contra la exposición a la radiación ultravioleta B, mientras que los bloqueadores incorporan sustancias inorgánicas. Estos componentes inorgánicos permanecen en la superficie de la piel sin absorberse, previniendo así que tanto los rayos UVB como UVA lleguen a la piel.
¿Qué protección es la adecuada para cada fototipo?
Se conoce como fototipo a la capacidad de la piel para responder a la radiación UV, y en función del mismo se adoptarán las medidas de protección. Su clasificación oscila entre I y VI:
• Fototipo I: se queman fácilmente, no se broncean nunca.
• Fototipo II: se queman fácilmente, se broncean un poco.
• Fototipo III: se queman moderadamente, se broncean progresivamente.
• Fototipo IV: se queman poco, siempre se broncean bien.
• Fototipo V: se queman raramente, siempre están bronceados.
• Fototipo VI: se queman muy raramente, están muy pigmentados.
Recomendaciones para una buena protección solar
Además de usar el protector adecuado para el tipo de piel, hay una serie de indicaciones que ayudan a disfrutar del sol sin nigún tipo de problema.
• Evitar las pulverizaciones de agua durante las exposiciones.
• Evitar los perfumes y las colonias alcohólicas que contienen esencias vegetales, porque son fotosensibilizantes.
• Elegir el fotoprotector según el fototipo.
• Utilizarlo, aunque esté nublado.
• No exponerse al sol entre las 11 y las 15 horas.
• Protegerse con un sombrero o gorra, los ojos con gafas, y los labios con protector labial.
• Beber líquidos.
• Determinados medicamentos pueden provocar reacciones.
Finalmente, hay que empezar por un factor de protección solar alto, sobre todo la primera semana de exposición solar, e ir rebajándolo progresivamente. Hay que recordar que un fotoprotector por debajo de 30 es poco útil para evitar el fotoenvejecimiento y el cáncer de piel. El cáncer de piel, como otros tumores, es más frecuente en personas mayores, pero puede afectar a cualquier edad. Es importante que las personas de más de 50 años acudan al dermatólogo para una revisión de su piel.