Molestias por la lactancia
Si has sido mamá recientemente o te estás preparando para serlo seguro que tienes un montón de información en tu cabeza sobre como cuidar al bebé y todos las atenciones que puede requerir. Es normal, pero respira y acuérdate por un momento de que también es importante tu bienestar y que te encuentres bien durante el proceso. Dar el pecho no debería ser doloroso, si hay molestias durante la lactancia puede ser por la aparición de grietas, sequedad, inflamación de los senos, mastitis... Por ese motivo te hemos dejado algunos consejos para aliviar estas molestias que puede ocasionar dar el pecho.
Posición del bebé
Si la posición y el encaje entre el bebé y el pezón son adecuados podrías experimentar un poco de molestia al inicio, pero lo normal sería que fuera desapareciendo según avanza la toma. Si no notas que el dolor desaparezca tal vez sea necesario modificar la posición y, además, comprobar que el agarre sea correcto. El dolor podría entorpecer el proceso de lactancia ya que puede alterar la salida de la leche y, por ende, la correcta alimentación del bebé. Puedes pedir ayuda a un profesional experto para que te indique la mejor posición y como conseguir un buen agarre.
El bebé no suelta el pezón al acabar de mamar
Si no se detiene la succión al finalizar la toma puede causar molestias pero se puede enseñár al bebé a soltar el pezón una vez se acabe la alimentación introduciendo el dedo suavemente en su boca para romper el vacío y así evitar el dolor.
Sequedad o humedad
Una piel seca o demasiado húmeda puede ser un problema, ya que puede ser causa de dolor en el pezón. Hay que evitar sujetadores de telas que no dejen respirar la zona y provoquen la acumulación de humedad y elegir siempre un sujetador para lactancia y que se adapte bien a tus necesidades.
Por otro lado, si utilizas jabones muy agresivos podrían ocasionar sequedad en la zona. La propia leche materna ayuda a aliviar las molestias si la aplicamos en la zona afectada y algunos productos hidratantes expresamente para esta zona también pueden mejorar el estado de los pezones secos.
Fisuras y/o grietas
Todos los factores anteriores pueden causar la aparición de grietas y fisuras en los pezones que pueden producir mucho dolor y que a veces provocan la interrupción de la lactancia. La aplicación de emolientes en la zona para hidratarla correctamente es recomendable, como en todo el cuerpo. Las pezoneras pueden utilizarse para reducir el dolor durante el proceso de alimentación, pero impiden un mayor contacto de la boca del bebé con la aureola, así que si se utilizan debe ser durante solo el período necesario. Pero para evitar la formación o empeoramiento de las grietas lo más importante es, otra vez, la posición y encaje del bebé y el dolor puede tratarse con analgésicos habituales mientras se van curando.
Mastitis
La mastitis es una inflamación de la mama. A veces, puede ir acompañada de infección. Produce calor en la zona, enrojecimiento y dolor sordo en la zona durante las tomas o dolor de manera continuada. Una vez hecho el diagnóstico por un profesional, es importante continuar con la lactancia ya que el vaciado del pecho es fundamental para mejorar la mastitis, aunque siempre asegurándote que la posición y agarre son correctas ya que sino podrían aparecer más grietas o empeorar las que ya se han formado. Habitualmente se tratará con reposo, antiinflamatorios y vaciado de la leche, pero si los síntomas continúan podría ser necesario utilizar antibióticos (compatibles con la lactancia si ésta continúa, claro).
Relacionado con todo ello, es importante tener claro que tu bienestar es fundamental para que todo funcione bien y no hay que dejarlo nunca de lado. Consulta con un profesional todas las opciones para reducir los síntomas derivados de la lactancia y no te sientas culpable por experimentarlos.