Fotoprotectores, tus mejores aliados
El sol es beneficioso por su acción antidepresiva, para la síntesis de la vitamina D, esencial en la formación de los huesos y en el tratamiento de problemas dermatológicos como el acné y la psoriasis. Pero todos conocemos también sus consecuencias negativas, siendo el melanoma la más grave: la protección es imprescindible, en cualquier situación, para combatir problemas como quemaduras, envejecimiento prematuro, afecciones oculares y el temido cáncer de piel.
¿CÓMO ELEGIR TU FOTOPROTECTOR SOLAR?
Básicamente, depende de tu edad, tipo de piel o fototipo, las circunstancias y tus preferencias. En relación a la edad, recuerda que los bebés y los niños menores de dos años no deben tomar el sol, pero también pueden necesitar fotoprotectores, por ejemplo, si juegan en un parque, en una excursión... Respecto al tipo de piel, es esencial saber cuál es tu fototipo solar (ver cuadro). Si tienes dudas, consulta con tu farmacéutico. Las circunstancias se refiere al hecho de que no es lo mismo el sol de playa que de montaña, ni tampoco el sol de España que el de Noruega o el Caribe...También hay que tener en cuenta el número de horas que se está expuesto, ya que, por ejemplo, si eres deportista o trabajas al aire libre no es lo mismo que si solo vas a la playa por diversión.
Por último, la presentación que escojas, crema, fluido, spray, stick, depende un poco de tus necesidades (por ejemplo, si vas a estar en movimiento, un formato más práctico y cómodo), así como de la textura que tu piel prefiera (más fluida y ligera si es grasa, más cremosa y rica, si es muy seca...). Recuerda que estos productos caducan y pierden su eficacia. Hay que consultar la fecha de caducidad y, si ya lo has abierto, también el símbolo PAO, que indica durante cuánto tiempo mantiene sus propiedades.
EL FACTOR DE PROTECCIÓN SOLAR (FPS)
Indica el número de veces que aumenta la capacidad de defensa natural de la piel ante el enrojecimiento anterior a la quemadura. Es decir, un FPS 30 significa que la piel tardará treinta veces más en empezar a enrojecer. Se considera fotoprotección baja entre 2 y 6; media, entre 8 y 12; alta entre 15 y 25; muy alta entre 30 y 50 o más.
MASCARILLAS Y SOL
Las semanas de confinamiento han hecho que nuestra piel no se haya adaptado gradualmente a la radiación solar, se ha pasado de una exposición casi nula a una exposición directa y prolongada a los rayos solares y el riesgo de quemaduras es más alto. Además, el estrés afecta a la sensibilidad e irritabilidad de la piel, amplificando los efectos dañinos del sol. Esto se une a que el uso de la mascarilla puede provocar reacciones de fotosensibilidad y alergias, debido a la mezcla de humedad del aliento y el calor, que genera un ambiente caliente y húmedo debajo de la máscara. Además, el gel hidroalcohólico destruye la barrera hidrolipídica de la piel y, tal y como alertan los expertos, su uso antes de exponernos al sol puede provocar graves quemaduras y daños en la piel. La mascarilla nos protege del virus, pero no del sol: usa siempre protector solar. Y cuando te la pongas, aplica cremas que te protejan de rozaduras y alergias. Ten en cuenta, también, que debes limpiarte las manos con agua y jabón antes de tomar el sol y minimiza en lo posible el uso del gel hidroalcohólico; puede provocar quemaduras solares. Consulta al dermatólogo si has padecido el Covid-19, especialmente si has tomado medicamentos fotosensibilizantes.
