Cuidados diarios para la dermatitis atópica
La dermatitis atópica es una enfermedad de la piel muy común, que afecta tanto a adultos, niños como bebés. Es un tipo de piel que se caracteriza por ser muy seca e irritable, y que se presenta en dos fases: activa e inactiva (interbrotes). Es importante que la persona, durante la fase de inactividad de la enfermedad proteja su piel con el fin de retrasar la aparición de un nuevo brote. Para conocer más datos de la dermatitis atópica o piel atópica, consulta esta entrada sobre ¿Qué es la dermatitis atópica? de nuestro blog. Como en toda enfermedad es importante saber qué cuidados hay que tener con ella. A continuación os explicamos que consejos seguir para proteger y evitar que la piel sufra. ¡Sigue leyendo!
Hasta ahora no se ha identificado una sola causa a esta enfermedad, aunque hay varios factores que influyen en su aparición. Por ejemplo, la ubicación geográfica juega un papel destacado. El clima frío, el campo o el mundo occidental son más propensos a influir en la dermatitis atópica. Otro factor recae en si la madre y el padre sufre dermatitis atópica es más probable que los hijos sufran de ello. Otros factores que contribuyen a tener una piel atópica son por ejemplo: prendas de vestir, bebidas alcohólicas, determinados alimentos, estrés, sudor y falta de sueño, entre otros.
Cuidado diario para la dermatitis atópica facial
Cuando una persona empieza a notar señales en su piel, puede realizar cambios en sus hábitos para reducir las molestias que pueda tener. Por ello, es bueno tener en cuenta estos consejos:
- Mantener la temperatura ambiental fría, ya que el sudor causa irritación
- Utilizar guantes por la noche para evitar rascarse
- Llevar las uñas cortas y bien limadas para reducir daños
- Secar la piel mediante golpecitos con la toalla
- Conservar las cremas y demás productos en el frigorífico.
Cuidados diarios para la dermatitis atópica en el cuerpo
Los factores que pueden desencadenarla son diferentes en cada persona. Para ello, cada afectado puede modificar hábitos cotidianos para evitar que surjan nuevos brotes. Puede seguir estos consejos cuando el problema se desarrolle en el cuerpo:
- Tomar duchas a una temperatura no superior a los 32 grados. Tampoco que sean muy prolongadas
- Evitar las esponjas y cepillos de ducha duros
- Evitar el estrés
- Usar aceites de baño, o de ducha, ya que protegen y regeneran los lípidos de la piel
- Escribir en un diario los factores que desencadenan los brotes
- Mantener los productos de cuidado diario en el frigorífico
- Utilizar ropas blandas, como el algodón. Evitar las texturas rugosas como la lana o el nylon
- Evitar sudar.
