Consejos para reducir la celulitis
La celulitis es un problema crónico en la mayoría de mujeres que se puede llegar a reducir. Lo que se conoce como piel de naranja es el resultado de la acumulación de grasa y líquido debajo de la epidermis, de manera que se puede definir como una hipertrofia de las células adiposas. Sobre un 67% de las mujeres tienen celulitis después de pasar por etapas de fuertes cambios hormonales (durante la pubertad o el embarazo) y es un problema que se ve agravado por factores como el estreñimiento, el estrés, una mala circulación o vestir ropa demasiado ajustada. La celulitis es una afección crónica que puede mejorar, pero hay que ser cuidadoso porque puede empeorar de nuevo rápidamente. Aunque es muy difícil de eliminar, existen tratamientos y prácticas cotidianas para luchar contra ella.
Para prevenir la aparición de celulitis e, incluso, llegar a eliminarla, hay diferentes tratamientos cosméticos y de venta farmacia, tanto de uso tópico como los complementos alimenticios. Estos últimos son más útiles para mejorar el equilibrio digestivo, el hinchamiento o los gases. Otros productos no van directamente destinados a reducir la celulitis, sino que su acción está especialmente dedicada a evitar la flacidez. Ésta puede ser una de las consecuencias negativas de la eliminación de la celulitis: la piel puede necesitar la ayuda de un reafirmante para mantenerse tersa. Las cremas se aplican directamente en la zona a tratar, preferiblemente acompañadas de masajes que permiten que el producto penetre mejor en la piel.
Además de los tratamientos farmacéuticos, existen algunas prácticas rutinarias, que se pueden llevar a cabo en el día a día, y que pueden llegar a ser muy eficaces y que, sin ellas, los productos adelgazantes tampoco cumplen su función. Realizar alguna actividad física o deportes como la natación, el ciclismo o correr o andar son prácticas que tonifican los músculos y evitan la vida sedentaria. Además, puede ayudar a reducir el estrés, que es el responsable de la retención de líquidos.
Para evitar precisamente esta retención, es necesario seguir una alimentación sana y equilibrada. Hay ciertos alimentos qué podríamos considerar prohibidos como las grasas saturadas que se encuentran en las carnes grasas, la mantequilla o los embutidos, y los azúcares simples de pasteles, el chocolate o la miel. Es importante también reducir al máximo o evitar la sal, el alcohol y la cafeína. Una buena dieta se debe basar en alimentos ricos en hierro y en fibras (cereales, arroz, pasta, avena…), frutas y verduras, carnes magras y pescado. También podemos incluir en nuestra dieta el nopal, que al ser una gran fuente de fibra, hace que sea muy digestivo.
Además, es necesario beber aproximadamente dos litros de agua al día para drenar y eliminar toxinas, que se pueden combinar con infusiones de té verde o flor de Jamaica. También es una buena opción agregarle gotas de limón o cualquier otra fruta al agua, para no sustituirla.
Recuerda que todo en exceso es malo para la salud. Y antes de asumir que nos puede servir cualquier producto es mejor consultarlo con el médico o farmacéutico.