3 rutinas que beneficiaran a tu piel
Septiembre: el curso nuevo, la vuelta al cole, el empezar otra vez. Cada año, cuando llega este mes, la mayoría lo cogemos con ganas de reordenar nuestra vida y nos hacemos algunos propósitos para cumplir a partir de ahora que todo se vuelve a poner en movimiento. Y si algo nos ayuda a poner las cosas en orden, es una buena rutina. Nuestros objetivos se encaran a múltiples ámbitos de la vida: laboral, académico, familiar… Pero ¿y hacia dentro? ¿Nos estamos acordando de fijarnos algun objetivo que tenga que ver con nuestro propio bienestar? Te proponemos tres rutinas para empezar en septiembre que te beneficiarán, sin duda, a ti y a tu piel.
Rutina de limpieza
Una buena limpieza de la piel es fundamental para evitar que la suciedad y el sebo se acumulen y obstruyan los poros cutáneos. Eso sí, también hay que tener en cuenta que, en exceso, puede eliminar la protección natural y dejar la piel vulnerable ante los agentes nocivos externos. Para un correcto higiene es importante tener una buena rutina para ello y incluirla en nuestra rutina diaria general. Hay que saber el mejor momento para cada uno: por la noche es una buena idea, ya que después de todo el día lidiando con el sudor, el maquillaje si lo utilizamos, la contaminación, la suciedad… la piel ha ido acumulando cuerpos extraños que podrían ser perjudiciales. Puede combinarse con una limpieza profunda también por la mañana y antes y después de hacer ejercicio.
Si tienes la piel grasa, puede ser que sufras lesiones debido al exceso de sebo y por ello es muy importante que tengas unas buenas pautas de higiene para evitar que se acumule en los poros. Hay varias opciones para eliminar los restos de maquillaje, protector solar y demás partículas: geles espumosos expresamente indicados para ello, tónicos, aguas micelares… Según tu conveniencia puedes elegir el que te vaya mejor e incluso combinarlos para conseguir un mejor resultado. Por ejemplo, un aceite limpiador no es mala opción, pero puede que haya que combinarlo con otro producto como un gel a continuación para eliminar el exceso de grasa. Acordarnos también de no utilizar productos abrasivos, ya que podrían provocar una mayor producción de sebo. Cuando hayas terminado la limpieza, seca la piel con toquecitos con una toalla limpia.
Si tienes la piel seca, tu piel seguramente tiene tendencia a la deshidratación y a la fragilidad. Por lo tanto, en ese caso, los productos para la limpieza facial que utilices deben ser muy suaves y sin alcohol ni químicos ni productos sintéticos que puedan irritarla o dejar senación de tirantez. En ese caso te será más conveniente utilizar aceites o leches limpiadores y aguas micelares.
Rutina de hidratación
Para estar hidratado en general hay algo que es siempre muy importante: beber agua durante todo el día, evitar el tabaco y el alcohol y llevar una dieta equilibrada. Pero para hidratar concretamente la piel hay que dar un paso más allá y complementar nuestros hábitos saludables con una rutina que nos garantice que el cutis no pierde su hidratación y conserva la buena salud. Entonces ¿qué hacemos? En primer lugar, buscar cosméticos que se adapten a nuestro tipo de piel, ya que no todos son iguales: algunos estarán pensados para pieles secas, otros para pieles mixtas, otras para pieles muy sensibles, otros para pieles grasas (sí, puedes tener la piel grasa y que a la vez esté deshidratada)… Y los aplicamos en el momento del día que decidamos, criterio que también nos condicionará a la hora de elegir el producto: hay cosméticos de día, otros de noche, otros no está especificado, etc.
Piel seca y piel deshidratada no tienen porqué ser sinónimos, ya que que la deshidratación es una situación puntual cuando el nivel de hidratación ha disminuido. Sí que es más fácil que una piel seca se deshidrate, pero todos los tipos de pieles pueden sufrir este problema. En este caso es importante buscar productos específicos para ella y que contengan ácidos grasos esenciales o ceramidas además de otros agentes hidratantes. Antes de ir a dormir es un buen momento, ya que durante el sueño la piel se regenera. También por la mañana, para preparar la piel para enfrentar el día que le espera.
Siguiendo la misma norma, piel grasa no significa piel hidratada y es más, si no hidratamos bien la piel grasa, puede que la deshidratación provoque un exceso de sebo. Para hacerlo correctamente, hay que saber que existen productos para este tipo de piel, más ligeros, no comedogénicos y que garantizan una hidratación óptima, así que nos interesarán los cosméticos oil free -libres de aceites- o con pocas cantidades y con más cantidad de agua en su base como sérums, ampollas o geles. No será necesario aplicar mañana y noche, nos bastará antes de irnos a dormir, cuando la piel se regenera.
Rutina de protección solar
Quedamos de acuerdo en que, a partir de ahora, nos apuntamos a una buena rutina de higiene y nos hidrataremos la piel regularmente, pero ¿la protegeremos del sol? Deberíamos. El verano acaba pero no debe acabar la presencia de la protección solar en nuestro día a día. Es importante incluirla a nuestra rutina diaria así que, apunta: cada día, antes de exponerte a la luz del día, aunque esté nublado, aunque haga frío, aunque sea invierno, ponte protector solar. ¿Maneras de hacerlo sí o sí? Apunta otra vez: maquillaje con protector solar, envases en formato viaje para llevar en el bolso/mochila/bolsillo, tener un bote de protector en la entrada de tu casa para verlo cada día al salir, ponerte un post-it, lo que sea que a ti te funcione será una buena idea. Pero es importante, de verdad. La radiación solar no es ninguna broma y no desaparece durante los meses de otoño ni invierno y hay que continuar protegiéndose.
Y así, con unos pasos relativamente sencillos, incluiremos algún objetivo que tenga que ver con nosotros mismos para este septiembre, que también nos hace falta.